Se producen diversos hackeos a webs como Spotify o Twitter

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La ciberseguridad se ha convertido, durante los últimos años, en una de las prioridades del gobierno estadounidense tras hackeos como el de la compañía Sony Pictures por parte de Corea del Norte o el del Ejército a manos de los yihadistas. Ataques al que se suma el considerado ya como mayor hackeo de la última década y el cual afectó el 22 de octubre a compañías tan potentes como Spotify, Twitter o Netflix.

Hackeos en tiempos revueltos

La conocida como “denegación de servicio”, también conocida como DDoS, se produce cuando una web sufre una sobrecarga debido a una oleada de visitas masivas, lo cual satura por completo el sistema y hace que este trabaje más lento o que, incluso, no funcione.

Un problema que se ha convertido en la particular estrategia del ciberataque producido el pasado viernes 22 de octubre a partir de las 13.20 (hora española) y a lo largo de once horas, en el que se ha convertido en uno de los hackeos más potentes de los últimos años, afectando especialmente a los servidores de la Costa Este de Estados Unidos.

La forma de ejecutar el ataque habría consistido en la infección de un sistema a costa de un malware que genera automáticamente estos miles de visitas a páginas estratégicas y que pueden ser controladas por una o varias personas. De esta forma, la web Dyn, la cual se encarga de proveer con direcciones DNS a otras tan potentes como Twitter, Spotify, Netflix o la web del periódico The New York Times se convirtió en el principal objetivo del ataque, comenzando en Estados Unidos entre la franja de las 13.20 y las 15.20 (horas españolas) y a partir de las 17.52 en territorio europeo.

Según las investigaciones, el ciberataque no habría sido provocado por ningún país extranjero, teniendo en cuenta que recientemente hackers rusos trataron de sustraer datos sobre las estadísticas de votantes en diversos estados del país, lo cual apuntó a un posible interés por parte del gobierno ruso de desvirtuar la imagen de Hilary Clinton mediante la sustracción de documentos comprometidos y, de esta forma, apoyar la candidatura de Donald Trump de cara a la Elecciones que tendrán lugar el 8 de noviembre.

Lo preocupante de la situación no sólo reside en este ciberataque en sí, sino en la posibilidad de infectar cualquier tipo de dispositivo electrónico (desde routers hasta ordenadores) y formar un ejército cibernético que ataque al mismo tiempo cualquier servidor que el pirata se proponga. Una realidad que en tiempos de crispación política puede convertirse en la peor de las amenazas.