Ventajas y desventajas del sexting
Según las estimaciones más de 50 millones de usuarios utilizan Tinder, esa app que ha reinventado la forma de conocer nuevas personas, futuros compañeros de viaje y sí, también encontrar sexo, mucho sexo de hecho, aunque a veces no sea tan bueno. El llamado sexting (sex – texting) se ha convertido en el pan de cada día de más de un usuario que frecuenta estos escaparates del ligue y la carne desde su smartphone, y como todo, el sexting tiene sus ventajas y desventajas.
Ventajas
Si antes tenías que tener tres citas con la misma persona para tener sexo con esa persona hoy día puedes tenerlo en menos de diez minutos, el tiempo en el que saludas, hablas (o a veces ni eso) y solicitas fotos privadas del usuario mediante una aplicación móvil. Si te gusta, quedas, tienes una noche de pasión y ni siquiera es necesario fumarse el cigarro de después, volverás a casa y te pondrás a buscar al siguiente (porque eso de repetir tampoco se lleva ya).
Esta nueva forma de libertinaje define a una sociedad cada vez más funcional, en la que los rituales de “cortejo” son sorteados por un amplio sector (en especial adolescentes) en pos de un contacto directo, de sexo a la carta.
Obviamente el sexting ha supuesto un nuevo modo de concebir las relaciones humanas, activando el placer directo entre los usuarios, lo cual puede ser considerado como una gran ventaja para algunos.
Desventajas
Como todo ejercicio que implica cierta libertad sexual, este también puede desembocar en conductas o encuentros no tan placenteros. Según un estudio, un hombre adulto puede tardar menos de 15 minutos en conseguir que un joven menor de edad se desnude y le envíe una foto de sus partes íntimas, una realidad que muchos ven como antesala del llamado grooming, contacto entre hombres adultos que engatusan a menores mediante herramientas como aplicaciones para móvil o diversas webs.
A su vez, el sexting ha liberado tanto los instintos del ser humano que plantearse un vínculo sentimental es algo mucho menos visible que años atrás, en los que el sexo sin compromiso no actuaba por bandera ante la ausencia de tales tecnologías, quedando tan sólo relegado a ciertas áreas de ocio como discotecas.
Es decir, el sexting no ha inventado nada nuevo pero sí lo potencia, lo “viraliza” en un mercado que despierta del cascarón y se promete, sin pretenderlo a veces, sucumbir a un jardín de las delicias demasiado grande como para plantearse pararse a charlar con alguien o quedarse a vivir con él en una parcela.
¿Qué opinas del sexting?