El poder del mundo virtual e internet a la hora de reconvertir nuestra vida diaria
Como ya te comentamos en otro artículo, la World Wide Web está de celebración. Apenas si tiene 25 años y ya ha recorrido una trayectoria que da vértigo. Si cuando todo comenzó no se veían demasiadas aplicaciones a este invento, pero una vez que la velocidad se hizo realidad y en cuanto los equipos informáticos se pusieron a tono se pudo comprobar que la cosa iba en serio. Y para terminar de hacerlo todo mucho más práctico vieron la luz los teléfonos inteligentes, que han democratizado el uso de la función virtual y la estandarización de la Web como concepto.
Dejando a un lado los vicios peligrosos que a veces el mundo virtual nos ofrece (y todos sabemos que existen, de eso no hay ninguna duda) hoy vamos a reflexionar sobre ciertas cuestiones de nuestra vida diaria que se han transformado radicalmente con la llegada de Internet. Y la primera es, sin duda alguna, la forma de comunicarnos. El chiste es viejo, pero si hace unos años hubiéramos preguntado a una persona qué era eso de chatear seguro que nos hubiera dicho que irse de vinos. Sin embargo hoy asumimos que esta palabra tiene connotaciones que implican que vamos a poner hablar con amigos, familiares o incluso desconocidos en tiempo real y sin importar la distancia. Esta revolución es increíble, porque de repente las fronteras no importan. Internet ha supuesto una rotura irreversible de la dimensión espaciotemporal, lo cual ha permitido que ahora mismo tengamos que reformular el concepto de inmediatez.
Pero es que la misma vida diaria se ha dado la vuelta a causa de esta herramienta. Por ejemplo, quien visite esta web comprobará que se pueden comprar piezas de desguace sin problemas de ningún tipo, a través de un ordenador y sentados cómodamente en nuestra silla, sofá o donde sea. Podemos pedir comida, encargar disfraces a China o incluso pujar por objetos antiguos que un día llevaron personajes históricos. Tenemos la posibilidad de escuchar ese concierto que tanto nos gustó en su día, revisitar series de dibujos de nuestra infancia o leer la prensa en un kiosco virtual. Por eso los cambios a los que hemos asistido (de hecho todavía se siguen produciendo, esto ya no se puede parar) tienen un calado casi irreversible.
Ahora bien, existen otros condicionantes negativos que pueden suponernos algunos quebraderos de cabeza cuando salimos al espacio de las tres W. Lo ilegal, los virus y troyanos, el ciberacoso, todo ello son formatos que nos han demostrado que a veces tenemos que circular con mucha precaución por esas autopistas inmensas que nos proporciona la Red de redes. Por eso, y como conclusión, nosotros solamente tenemos que sugerirte que metas Internet en tu vida, eso por descontado, pero que lo hagas siempre con cabeza.