Desventajas de buscar el amor por Internet
Durante los últimos años, aplicaciones como Tinder o Badoo se ha convertido en la quinta esencia de la antigua cita a ciegas, dinamizando la forma de conocer a otras personas bajo un alias y fotos escogidas a conciencia a pesar de exponernos a estas desventajas de buscar el amor por Internet que muchos de vosotros ya habréis experimentado.
Un mercado amplio
Hasta hace no tanto, conocer a alguien se limitaba al exterior, a encuentros entre amigos de amigos o una noche de marcha en una discoteca. Situaciones que, al mismo tiempo, nos parecían más exclusivas a la hora de conocer gente. Sin embargo, hoy día parece que lo tengamos más fácil detrás de esas fotos fríamente escogidas y un nombre de usuario escogido al azar. El problema llega cuando los 2345 perfiles que tenemos ante nosotros convierten nuestra “búsqueda del amor” en la quinta esencia de la glotonería y, por ende, de un vicio incontrolable y malsano.
El arte de engañar
Descubrimos un perfil y nos gusta lo que vemos: fotos, descripción, forma de expresarse. . . Nos inclinamos por un usuario en función a lo que nos inspira, aunque este no signifique que el paso a la realidad siga el mismo buen rumbo. Y es entonces cuando se habla de cita, de una hora, de un sitio, y descubrimos que esa persona no se corresponde en absoluto con esa otra que nosotros nos imaginamos a partir de un perfil que apuntaba hacia mejores expectativas. Pero todo queda en eso, en expectativas. . .
Exceso de confianza
Es precisamente durante ese período de expectativas en el que nuestra situación respecto a otra persona y el exceso de ilusión se convierten a su vez en un exceso de confianza hacia una persona que realmente no conocemos, lo cual puede traducirse en terribles consecuencias si finalmente la cosa no llega a buen puerto. En el “mundo real” la confianza llega con el tiempo, en Internet ésta es ciega y, como tal, peligrosa, tanto como la ilusión, las fantasías y todos esos males camuflados que infunden los amores cibernéticos.
Amor frío
¿Dónde quedaron las caricias? ¿Y las miradas o los susurros al oído? La manera de llegar a todo eso si nos decidimos a buscar el amor por Internet reside en trabajar demasiados aspectos con esa persona, a modo de yinkana emocional en la que todo se nos revela a cuentagotas, de una forma aún más fría. Los sentimientos y las sorpresas no fluyen, se convierten en una novela dividida en demasiado capítulos en los que hay posibilidad de caer en la trampa. Y volver a equivocarnos.