La reputación online y tu carrera profesional
Cuidar la imagen que ofrecemos de nosotros mismos equivale hoy en día a realizar una gestión de la reputación online. La mayoría de nuestra actividad pública tiene ya lugar a día de hoy en las redes sociales y en Internet, y de forma cada vez más pública, abierta y accesible para todos.
Por ello debemos ser especialmente cuidadosos con lo que publicamos y también lo que dicen otros de sobre nosotros mismos.
Es conveniente ante todo que cumplas con el primer mandamiento universal a la hora de publicar cualquier cosa en redes sociales: el sentido común. Parece una perogrullada, pero no lo es tanto. Se trata de no publicar comentarios que puedan resultar ofensivos o insultantes para otras personas, sobre todo si se trata de comentarios irónicos o chistes con doble sentido, que muchas veces no se entienden.
Ten en cuenta que cuando leemos los contenidos de alguien en el muro de Facebook, a no ser que conozcamos muy bien a esa persona, no tenemos forma de saber si está hablando de forma irónica o en serio, ya que no podemos verle la cara ni escuchar el tono de voz. La forma de cumplir con esta regla es sencilla: no publiques nada que no pudieras decir cara a cara a cualquier desconocido. Antes de publicar algo en caliente procura contar hasta diez antes de pulsar el botón de Intro, y procura no descargar tu ira en las redes sociales, porque puedes acabar diciendo alguna frase de la que te puedes arrepentir. También es conveniente que revises quién puede etiquetarte en según qué publicaciones o fotos.
Hay que tener en cuenta que cada vez más las empresas y los departamentos de recursos humanos recurren a la búsqueda en las redes sociales para comprobar quién eres, qué dices en público y si es cierto lo que dice en tu currículum vitae. Por ello debes tener un especial cuidado con las publicaciones que están en abierto a todo el público y las que mantienes en privado, ya sea con todos tus contactos o con grupos selectos.
La reputación, como la confianza, puede llevar una vida entera para construirla, mientras que puede venirse abajo en cualquier momento por no cuidar los detalles. En la actualidad la presencia digital de cada uno constituye su tarjeta de visita y hay que saber cuidarla. La mala noticia es que parte de esa información y esa presencia online no podemos controlarla nosotros mismos. Pero la buena noticia es que la mayoría de esa información sí suele estar en nuestra mano.